Especialmente en la infancia, los niños insomnes tienen mayor tendencia a la obesidad
La nuestra es una sociedad abocada a la obesidad. Todo en el exterior y el interior de nuestros hogares nos llama tentadoramente a ello.
De siempre, la población española, aun en lo peores tiempos de la posguerra, ha tenido la sabiduría de alimentarse mucho, pero no bien, desgraciadamente. Los niños de aquellos tristes años de penuria - que son los abuelos y padres de ahora mismo - lo pasaron muy mal y, consecuentemente, no quieren que sus nietos e hijos tengan las mismas carencias alimenticias que tuvieron ellos.A pesar de que las recomendaciones médicas van por otro lado: por una sana y ligera alimentación que incluya productos que contengan todos los nutrientes necesarios, nuestros mayores arrastran aún la rémora de las hambrunas y creen que "lo que no mata engorda y que cuanto mas se coma mas sano estará uno". Craso error, porque, ahora, según han averiguado los científicos y nutricionistas, hasta la falta de sueño predispone al organismo a ganar peso. Imaginemos un/a insomne con sobrealimentación. Eso puede ser nefasto para la salud.
La Alteración de los ritmos circadianos, especialmente en la infancia, podría favorecer la aparición del sobrepeso. Y a la inversa, la obesidad incrementa el riesgo de sufrir trastornos del sueño, como el insomnio, los ronquidos o la apnea. Es la conclusión a la que llegan los miembros del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) de España.
Estudios destinados a buscar medidas correctoras y terapéuticas han evidenciado que una elevada proporción de niños obesos presenta una disminución en las horas de sueño, ya sea por pasar muchas horas delante del televisor, ordenador o videoconsola o por presentar algún tipo de trastorno, como la apnea, el insomnio, los ronquidos o el sonambulismo. Las últimas investigaciones "han demostrado que dormir una hora adicional por la noche ayudaría a controlar la obesidad infantil, manteniendo un índice de masa corporal más bajo y estar menos expuestos a la obesidad los cinco años posteriores". Además se ha constatado también que "sólo una hora de más disminuiría hasta un 36% la posibilidad de que los niños sufran sobrepeso" apunta la Dra. Empar Lurbe, investigadora de la red consorciada especializada en nefrología pediátrica.
..." dormir una hora adicional por la noche ayudaría a controlar la obesidad infantil, manteniendo un índice de masa corporal más bajo"..
Por otra parte, según un reciente estudio de la Universidad de Stanford (EE UU), las personas que duermen menos de 5 horas, comparado con aquellas que duermen 8, producen mayores niveles de grelina y descenso en los de leptina. La consecuencia más importante de estas alteraciones neuroendocrinas es el aumento del apetito, especialmente por alimentos hipercalóricos y ricos en hidratos de carbono, para intentar sustituir la energía que no se recuperó por la falta de un sueño reparador. Y esto acaba provocando una sobrealimentación y, en último término, ganancia de peso.
A la vista de estos datos, el CIBERobn constata que las personas tienden a comer más cuando no duermen bien, aparte de que los trastornos del sueño interfieren con los mecanismos de control del metabolismo que regulan el apetito y los niveles de actividad física. Por tanto, la falta de sueño o su mala calidad deriva en una disminución sustancial del ritmo metabólico y la caída en los grados de ejercicio físico, lo que incide en el acopio de grasa.
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